¿Quienes somos?



El Silencio de la Ambición es una asociación dedicada a la cultura, el arte y la educación, cuyo propósito es implementar todos los mecanismos y medios para que la cultura sea accesible al mayor número de personas posible. Su objetivo es promover el surgimiento de pasiones y la emancipación de talentos cuya ambición, si se silencia, podría permanecer en el olvido.

El Silencio de la Ambición es la voz que eleva todas las aspiraciones y ambiciones, sueños y voluntades silenciadas. El silencio de la ilegitimidad, la aprensión y el miedo, el de la duda sobre uno mismo, sobre las propias capacidades y el lugar (que le corresponde) en la sociedad, ante realidades socioeconómicas que a veces causan desesperación incluso cuando apenas se ha dado un paso en el camino hacia la autorrealización.

Es una ayuda para todos esos deseos atrapados entre los caprichos y un determinismo que a menudo impide ser; es una palabra de esperanza calzada con pasos voluntarios y con un impulso unido para acallar los murmullos de lo imposible; es un himno a la esperanza y a la autoconciencia.

Porque la constitución de su objeto es un fundamento necesario para el trabajo de una sociedad a la que cada uno de nosotros contribuimos;

Porque la educación hace la cultura, la cultura hace la educación y las Artes son su guarida: ¡todo el ardor de nuestra dedicación decididamente dedicada a la realización de este fin!

Dado que la cultura y la educación constituyen la esencia de una sociedad, su fundamento, las hemos convertido en el centro de nuestras acciones. Convencidos de que siempre debemos dedicarles mayor esfuerzo y consideración, nuestra constitución. Se trata de permitir que todos, especialmente aquellos cuyas oportunidades son demasiado remotas o se les niegan, forjen su futuro. Así, libramos una batalla, por ardua que sea, contra el fatalismo, el sectarismo y la ignorancia.

El Silencio de la Ambición se presenta como el marco que propicia el abordaje de esta expresión. Un marco que tiene como principal aspiración y valor que el optimismo intrínseco a la esperanza y la fe en uno mismo recupere los corazones y las conciencias de quienes están más sujetos a la reproducción social. En este sentido, trabaja para deshacer el nudo que frena un discurso que lucha por liberarse de un silencio a veces persistente.

Solo así el voluntariado, base de nuestra fundación, podrá ser el arma que forje a otros. Por eso promovemos la idea de que no existen ambiciones elevadas a las que algunos, por razones económicas, su origen sociocultural, su lugar de residencia, su discapacidad, su sexo o su edad, en resumen, su diferencia y singularidad, no puedan o no quieran aspirar. Con nuestras acciones, que pretendemos complementar, trabajamos para erradicar esta idea, que muchas de estas personas distantes tienen de orden natural.

La práctica de las artes, la diversidad que permite, o al menos que debe permitir garantizando la singularidad de cada persona, son el cimiento. ¡El ideal de singularidad universal así elevado!

Porque una sociedad desigual en el acceso a la cultura, a la práctica artística, al descubrimiento de su patrimonio cultural e histórico, es una sociedad deficiente, condenada a admirar la caída latente de sus fundamentos.

Una ambición nunca es demasiado grande cuando responde al ardor del corazón. Considerando esto, todos pueden no solo aspirar y lograr, sino sobre todo lograr y satisfacer cualquier ambición, siempre que su voluntad esté a la altura de esta aspiración. En esto reside el credo del Silencio de la Ambición.

La adopción de este ideal —un pensamiento y una convicción activos— que establece la relación que mantenemos con quienes se unen a nosotros, impulsados por la curiosidad de un interés rebelde, es elemental. Ahí reside nuestro único requisito. Somos el lienzo del trabajo que emprenden por la cultura, por los jóvenes y por los menos favorecidos.

NUESTROS OBJETIVOS